Ya sé que esta entrada debían ser las magdalenas de salmón y queso que le debo a mi vecina... te prometo que esta semana sin falta las hago, pero es que me quedé sin batidora para la última tarta de su marido... se partió el accesorio de las varillas por fatiga del eje de acero... las pobres...
Así que, ya que he recibido mi robot bosch (más feliz que una perdiz), me pongo a ello. Y es que las dos últimas batidoras con sus múltiples accesorios, una cara y otra normalita no han sobrevivido al año entre las dos... :_(
Pero a lo que vamos, las últimas tartas han sido la de mi hermana (muchísimas gracias por dejarme vía libre en la decoración porque me apetecía mucho hacer algo de florecillas primaverales en plan cerezo/almendro)
Su bizcocho, de arándanos y nueces con relleno de crema de arándanos que es su favorita, me parece que gustó porque de 2 kilos y medio de tarta sobró tan sólo el trozo de la vergüenza ;)
La otra tarta, y con la que murió definitivamente mi batidora, fue la de la pelota de pádel de mi vecino Samu, que tuvo fiesta sorpresa.
Su bizcocho de chocolate y la crema de ganache de chocolate blanco. Y tanto el fondant como el azúcar están teñidos con el mismo colorante que es lo que da esa textura tan chula de pelota.