Pues eso, esta entrada con título taaaaan largo, es básicamente algo muy sencillo, que a mi como a muchos (imagino), sin pajolera idea de la repostería, más allá de lo tradicional que le había visto hacer a mi madre y cocinado con ella, no sabía.
Cosas que se aprenden con la práctica, el ensayo y error.
Antes de hacer cremas para los rellenos de las tartas y para decorar magdalenas, en mi casa nunca había mantequilla sin sal, pero si margarina... En la receta que seguí de la crema de queso del librito de recetas que venía en mi kit de cupcakes con manga (decomax) de lékué ponía claramente mantequilla sin sal, pero como soy un poco de impulsos, cuando me puse a hacerlos no tenía, y pensé que con margarina, quizás, iría igual de bien... pues de sabor si, la verdad. Pero la consistencia ni con una noche de nevera vaya... y es que las cantidades de azúcar glasé, a veces enoooormes y la mantequilla, tiene que ser mantequilla, porque si no, la crema no coge consistencia y se chuchurre quedando algo más parecido a un glaseado que a un merengue con cuerpo.
Y como pruebas gráficas estos dos desastres: magdalenas que hice con buttercream de margarina y otras con crema de queso, con la mitad de azúcar y margarina... ¡ea! jejeje
Magdalenas de vainilla con "buttercream" de margarina |
Magdalenas de "crema de queso" con margarina y mucho menos azúcar |
Aún así como soy un poco cabezota y las buttercreams me resultan muy pesadas y las cremas de queso me da la sensación de que están muy azucaradas, sigo haciendo pruebas y modificando cantidades, porque siempre se pueden ajustar algo.
Yo veo que con la mantequilla quedan más aguados los frosting
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